Pin-Up, Pin-Down









Cuando niño visitaba a menudo la casa una tía y en la pared izquierda de la sala, después de la entrada, había un almanaque que siempre me llamó la atención: la modelo ? Bettie Page. La más famosa Pin-Up de los 50‘s. El autor ? Alberto Vargas. Uno de los más reconocidos ilustradores de pin-ups de esos años, nacido en Arequipa, Perú, pero internacionalizado por su obra, plasmada en revistas tan famosas como Playboy.
Esas imágenes nunca se borraron de mi mente y aún no sé por cuál razón ha sido así. No puedo asegurar que el motivo de mi atención haya sido por atractivo físico, pues en esa época apenas era un niño de diez años. Le atribuyo al hecho de la composición y la perfección ( además del ideal de mujer imposible) de cómo Vargas realizaba su obra, pues ya desde esa edad, ya yo andaba por los caminos del dibujo.

Bettie Page ha muerto. Víctima de una neumonía, a los 85 años de edad, la vida de esta protagonista llegaba a su fin. Su salto al estrellato lo consiguió con un posado como Miss Enero en la revista Playboy en 1955. Rápidamente, su cabellera negra y sus curvas generosas se estamparon en posters, álbumes de cromos y juegos de cartas en todo el país.
"Bettie Page encarnaba el estereotipo del optimismo de los cincuenta y al mismo tiempo la sexualidad que se agitaba oculta bajo la superficie", según señalan Karen Essex y James L. Swanson en el ensayo Bettie Page: The life of a pin-up legend (1996). Page se confesaba abrumada por toda la atención que suscitaba, y aseguraba que no se sentía especialmente guapa. De hecho, añadía, tenía que ponerse grandes cantidades de maquillaje para cubrir su grandes poros.

Todo aquello quedó a un lado en cuanto se volcó en la religión. Incluso llegó a avergonzarse de haber posado desnuda. "Pero ahora casi todo el dinero que tengo se lo debo a que posé desnuda", señaló Page en una entrevista con la revista Playboy el año pasado. "Así que ya no me avergüenzo de aquello, pero sigo sin entenderlo".

Un hito en 'Playboy'

La imagen mostraba a una Page que guiñaba un ojo a la cámara. Como única indumentaria llevaba un gorro de Santa Claus, mientras decoraba un árbol de Navidad. Fue un momento clave. "Un hito en la historia de la revista", según indicó tiempo después el fundador de la publicación, Hugh Hefner. Para la propia Page no resultó tan rentable. La modelo lamentaría años después que Yeager amasara una fortuna con aquellas fotos. Y, sobre todo, que nunca la compensara.
Sus aptitudes artísticas, sin embargo, no convencieron a algunos legisladores americanos. Page fue citada a comparecer ante el Senado estadounidense. Se trataba de descubrir si había alguna conexión entre la pornografía (en la que se incluían sus imágenes) y la delincuencia juvenil. La aludida nunca acudió, aunque poco después desapareció de la escena pública.

Luego llegaron dos matrimonios más y, lo que fue más grave, la lucha contra la esquizofrenia que se le declaró a principios de los 70. Su regreso a la escena pública tuvo un breve momento de gloria con la película sobre el cómic Rocketeer (1991), en la que la novia del protagonista, Jenny Blake (encarnada por Jennifer Connelly), se inspiraba en Bettie Page.

Tras aquello proliferaron los clubs de fans y las páginas web, y Page consiguió algo de dinero gracias a la firma de autógrafos y la asistencia a salones y convenciones. Aun así, en las escasas ocasiones en las que concedía entrevistas, pedía explícitamente no ser retratada.

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